Desde que mi mami me dio Wild Balance por primera vez me enamoré de esas hamburguesitas. Mis preferidas son las de pollo y las de conejo, me flipan. Ahora estoy empezando a probar las de pescado y me chupo las patitas.

Era muy mal comedor y no tenía apetito. Esta situación era muy preocupante para mis papás, habíamos probado de todo. Desde que como Wild Balance no hay día que no relama el plato. Mi pelo ha cambiado una barbaridad, tengo más cantidad y con un brillo envidiable.

El peor momento del día era la comida. Cuando veía el bol de pienso no quería ni olerlo. Un día paseando por Valencia mamá y yo descubrimos la tienda de Wild Balance. ¡Ha sido nuestra salvación! Ahora todos los días espero ansioso mi plato de hamburguesas.

Era probar un poco de pienso y toda mi piel se ponía rosa y llena de granitos. Esto le preocupaba bastante a mi mamá, le hablaron de Wild Balance y lo probamos. Desde que descubrí estos menús tan deliciosos ya no recuerdo lo desesperantes que eran esos picores. ¡Y adiós granitos!

Cada vez que comía vomitaba y acabé pesando 10,5kg. Probé muchos tipos de comidas pero nada me sentaba bien. Me dijeron que era alérgica al pollo. Con Wild Balance mis digestiones han mejorado de verdad y por fin he recuperado mi peso ideal. Y como veis, nada de alergias.

Cuando llegué a casa de mis papás y vi aquel plato lleno de pienso… ¡eso no había quién se lo comiera! Dejé de comer y eso empezó a preocupar a mi mamá. ¡Menos mal que descubrimos Wild Balance! Desde el primer día dejé el plato reluciente y mis problemas de ansiedad mejoraron.