Una de las enfermedades que más preocupa a las familias con peludo es la Leishmania en perros. Debes saber que la Leishmaniosis es una enfermedad crónica con la que, gracias a un diagnóstico precoz y medicación, nuestros peludos pueden vivir muchos años con una buena calidad de vida. En cambio, si no se detecta a tiempo y no se trata, puede ser muy grave e incluso mortal.
En España la Leishmania es una enfermedad endémica que está presente en toda la Península y Baleares. Conocerla y prevenirla es fundamental para que tu perro no se contagie y evitar así poner en peligro su vida. A continuación te explicamos todo lo que necesitas saber sobre esta enfermedad. Qué es, cómo prevenirla y cómo ayudar a tu perro en caso de que la contraiga.
¿Qué es la Leishmaniosis?
La Leishmaniosis o Leishmania canina es una enfermedad infecciosa causada por un parásito de tipo protozoo llamado Leishmania infantum y su gravedad depende mucho de la respuesta del sistema inmune de tu perro ante su presencia en el organismo.
Existen dos tipos de Leishmaniosis:
- Cutánea: Es la de mayor incidencia y afecta a la piel principalmente. Los síntomas más característicos de este tipo son alopecias alrededor de la nariz, orejas y ojos, úlceras en la piel, crecimiento desproporcionado de las uñas, grietas en las almohadillas, pelaje sin brillo, etc.
- Visceral: tiene menos incidencia, pero es más grave, ya que afecta a los órganos, principalmente riñones, hígado y bazo. En esta variante los síntomas suelen ser perdida de apetito, apatía, perdida importante de peso, vómitos y diarreas, hemorragias nasales, etc.
Uñas de un perro positivo en Leishmania
¿Cómo se puede contagiar tu perro?
La Leishmania se transmite a un perro a través de la picadura de un pequeño mosquito llamado flebótomo. El mosquito, que transporta el parásito, lo inyecta en el perro sano al picarle y este pasa al torrente sanguíneo, comenzando el periodo de incubación que puede durar de 3 a 18 meses.
Esta es la principal y casi única vía de transmisión. Es importante que sepas que no se transmite de perro a perro. Un perro infectado no va a contagiar a tu perro si se juntan. Puedes dejarles jugar sin miedo.
¿Cómo lo va a diagnosticar tu veterinario?
En el momento en que detectes en tu perro alguno de los síntomas que hemos comentado es fundamental que acudas a tu veterinario. Allí le pueden hacer algunas pruebas para detectar el parásito de forma muy específica como análisis de sangre, test ELISA, PCR e incluso biopsias si fuese necesario. Si diese positivo te indicarán en seguida el tratamiento a seguir.
En las zonas de más riesgo como Andalucía, Madrid, Baleares o la Comunidad Valenciana se suelen hacer campañas de prevención en las clínicas veterinarias. Si vives en una de estas zonas no dudes en pedir información y hacer la prueba.
¿Cómo puedes prevenir el contagio?
Una de las cosas que tiene la Leishmania es que algunos perros no presentan síntomas nunca, aunque sí que son portadores. Por tanto, la mejor arma que tienes pare evitar que tu peludo se contagie es la prevención. Te contamos algunas de las más efectivas:
- Repelentes como las pipetas, collares o sprays. Se aplican directamente sobre la piel de tu perro y evitamos así la picadura.
- Vacuna contra la Leishmania. No previene la infección, pero reduce la probabilidad de que se desarrolle la enfermedad.
- Fármacos que potencian la resistencia inmunitaria. El más conocido es el Leisguard, un jarabe cuyo principio activo es la Domperidona que ayuda a los leucocitos de tu perro a destruir el parásito una vez ha entrado en la sangre.
Tanto la vacuna como el Leisguard tiene que ir acompañados de repelentes. Lo más importante es evitar la picadura del mosquito.
¿Qué pasa si tu perro ya se ha contagiado?
Antes que nada, no hay que alarmarse. Por suerte, hoy en día hay muchos medicamentos altamente efectivos y la mayoría de los perros que sufren Leishmaniosis tiene una vida larga y completamente normal.
Eso sí, hablamos de una enfermedad crónica, es decir, para toda la vida. El tiempo que dure el tratamiento dependerá mucho de la respuesta de tu perro a la medicación, pero incluso cuando ya no haga falta medicar, habrá que hacer revisiones periódicas para controlar el estado de la enfermedad y tratarla cuanto antes si hubiese un brote nuevo.
Los medicamentos que más se utilizan para tratar la leishmania en perros son el Alopurinol, el Glucantime y el Milteforan. Dependiendo de la carga de parásito y la salud de los órganos internos de tu perro, tu veterinario te recomendará una pauta u otra.
Además de la medicación, es muy importante acompañar el tratamiento con una alimentación adaptada a las necesidades específicas que tendrá tu perro. Es fundamental que sea lo más sana y natural posible, ya que necesitas que esté muy bien nutrido y compensar así las perdidas de peso. Además, la dieta debe incluir siempre carnes bajas en purinas, porque algunos de los medicamentos pueden favorecer la formación de cálculos o cristales renales. Lo mejor son dietas basadas en el pollo, pavo y/o conejo.
Además, existen numerosos suplementos que puedes darle para ayudarle a sobrellevar mejor la enfermedad como la espirulina que refuerza su sistema inmune o suplementos con poder antioxidante como la cúrcuma o nuestro mix Bienestar urinario, que además previene la formación de cristales.
Ahora que ya conoces un poquito más sobre la Leishmania en perros, tienes todo lo que necesitas para evitarla o combatirla y que tu perro tenga una vida lo más sana posible. Ya sabes que la prevención es fundamental y una buena alimentación es muy importante para que su organismo este fuerte para combatir cualquier enfermedad. Puedes conocer más sobre ‘La espirulina para perros: qué es y cuáles son sus beneficios‘ en este blog.
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